lunes, 26 de diciembre de 2011

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Un Día Como Hoy 31 De Diciembre

1878 
Nace el notable cuentista uruguayo Horacio Quiroga. Falleció en Buenos Aires en 1937. 

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  Lunes, 26 de diciembre de 2011      


    Horacio Quiroga

       (Uruguay, 1878-1937)
Quiroga
  Escritor uruguayo, nacido en Salto. Deportista y aficionado a las ciencias, funda la tertulia de Los tres mosqueteros y se inicia en las letras bajo el patrocinio de Leopoldo Lugones. Viaja a París en 1900 y hace una breve experiencia de la bohemia pobre. La mayor parte de su carrera transcurre en Argentina, donde llega a ser muy leído por sus cuentos publicados en revistas y recogidos en libro. Ejerce empleos consulares y la crítica de cine, y pasa largas temporadas en el medio rural de Misiones, en la frontera argentino-paraguayo-brasileña, ambiente del que tomará temas para sus narraciones. Su carrera se abre en la poesía, dentro del ámbito del modernismo, con Los arrecifes de coral (1901), obra sin mayor consecuencia. Una vida dramática, siempre cercana a la estrechez económica, matrimonios conflictivos, experiencias con el hachís y el cloroformo y el constante cerco del suicidio, alimentan su tarea cuentista, una de las más importantes de América. No le son ajenas las influencias de Rudyard Kipling, Joseph Conrad y, sobre todo, el magisterio de Edgar Allan Poe, por las atmósfera de alucinación, crimen, locura y estados delirantes que pueblan sus narraciones. A veces se remonta a escenas conjeturales de la vida prehistórica o mezcla, con extraña astucia, personajes humanos y animales que hablan, como en las fábulas clásicas, pero estableciendo una sutil frontera entre la vida natural y la civilización. Sus figuras de pioneros, de europeos abandonados en los confines de la selva, de cansados de la vida y de empresarios alocados, crean un mundo de intransferible personalidad, que no daña el habitual descuido de su redacción. Obras: El crimen de otro (1904), Historia de amor turbio (1908), Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917), Cuentos de la selva (1918), El salvaje (1920), Las sacrificadas (1929), Anaconda (1921), El desierto (1924), Los desterrados (1926), Pasado amor (1929), Suelo natal (libro de lectura para niños, en colaboración con Leonard Glusberg) y Más allá (1935). Se suicidó en Buenos Aires en 1937.  © eMe
Textos:

Anaconda (fragmento)
El desierto (fragmento)
El vampiro (fragmento)
Los desterrados (fragmento)
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1902 
Muere en Baradero (provincia de Buenos Aires) Cándido López, notable pintor que documentó con precisión escenas de la guerra del Paraguay. Nació en Buenos Aires el 29 de agosto de 1840. 



Sección 01 Biografías
Cándido López (1840-1902).
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por Marcelo E. Pacheco 
Estos contenidos fueron extraídos del libro "Cándido López"
Ediciones Banco Velox.
 

Autorretrato, 1858
En el panorama del arte argentino del siglo XIX Cándido López {1840-1902) ocupó un lugar marginal: no participó de las características generales de sus contemporáneos y su carrera como pintor se desarrolló fuera de los circuitos habituales.
Su incorporación a la historia del arte local ocurrió tardíamente, durante los años cuarenta, por la acción del crítico de arte más influyente de aquel momento, José León Pagano, que lo incluyó en su libro "El arte de los argentinos" y escribió la primera monografía dedicada al pintor. Sin embargo, el proceso de aceptación fue muy lento.
En 1963 los descendientes del pintor ofrecieron al Museo Nacional de Bellas Artes la donación de un conjunto excepcional de sus cuadros de batallas, pintados entre 1891 y 1902, y su Autorretrato de 1858. La donación fue aceptada cinco años después y presentada al público en 1971, en la primera exposición dedicada a Cándido López por un museo de bellas artes. Hasta ese momento López había ocupado una sala en el Museo Histórico Nacional como el pintor-cronista de la Guerra del Paraguay y su obra había sido considerada sólo por su valor documental.
Después de la muestra del Museo Nacional de Bellas Artes el interés por su obra cambió y la recepción de sus trabajos mostró un giro sustancial, haciendo evidente las variaciones que pueden sufrir la escritura y las consideraciones de una disciplina como la historia del arte.
Naturaleza muerta, 1888
Cándido López nació en Buenos Aires en 1840. Pertenece a una generación de artistas que después de estudiar pintura en Buenos Aires, generalmente en el taller de algún pintor europeo, obtenían becas para perfeccionar sus estudios en Italia. En el caso de López, sin embargo, el viaje europeo nunca se concretó, aunque hubo algún proyecto, y en cambio desarrolló una temprana carrera como pintor y fotógrafo retratista. Había estudiado con el argentino Carlos Descalzo, retratista y fotógrafo del que se conocen muy pocos datos, para pasar luego por el taller del italiano Baldasarre Verazzi, pintor y muralista, que había llegado a la Argentina en 1853. Durante los años sesenta conoció la obra de Ignacio Manzoni, otro artista italiano que vivió en nuestro país, y copió algunos de sus cuadros de batallas según una práctica habitual en la época.
Entre 1859 y 1863 viajó constantemente por la provincia de Buenos Aires, realizando retratos al daguerrotipo y algunas pinturas en Mercedes, Bragado, Chivilcoy, Luján y Carmen de Areco, y estableciendo una sociedad con el fotógrafo Juan Soulá.

El invento de la fotografía fue difundido oficialmente por la Academia de Ciencias de París en 1839. Seis meses después llegaron las primeras noticias del gran invento a Buenos Aires a través de una carta de Mariquita Sánchez de Thompson y Mendeville que había visto el funcionamiento de la cámara oscura en Montevideo. En 1843 se publicó el primer anuncio en los diarios porteños que publicitába el uso del daguerrotipo y. en poco tiempo creció el número de profesionales criollos y extranjeros que ofrecían sus servicios.
Pasaje del arroyo San Joaquín, 16 de Agosto de 1865, provincia de Corrientes. (entre 1876 y 1885)
Los años de trabajo y la formación de Cándido López como fotógrafo son importantes para considerar su obra posterior como pintor. Hay encuadres, maneras de relato y un minucioso interés por la descripción de la realidad, tanto en sus cuadros de batallas como en sus naturalezas muertas, que muestran no sólo su decisión de documentar la verdad histótica y su oficio como pintor académico sino también el ojo adiestrado durante su experiencia como fotógrafo. De estos primeros años se conservan pocas obras pintadas: algunos retratos y cuadros de temas religiosos como un San Jerónimo, además de su Autorretrato del Museo Nacional de Bellas Artes. En la ciudad de Mercedes pintó el Retrato del General Bartolomé Mitre que había sido elegido presidente de la república un mes antes, en plena guerra interior en la mayoría de las provincias y a un año de la batalla de Pavón.
Sin embargo, un hecho fundamental va a cambiar la vida de Cándido López. Estando en San Nicolás comenzó la Guerra de la Triple Alianza: Brasil, Argentina y Uruguay contra Paraguay. Cándido se enroló con el grado de teniente 2do en el batallón de voluntarios de San Nicolás.
Campamento en la Uruguayana, Septiembre 8 de 1865, Imperio del Brasil, Provincia de Río Grande (1876-1885)
La guerra se iniciaba con la firma de un tratado secreto entre el Imperio del Brasil y la República Argentina y con muy poca popularidad entre las poblaciones del interior del país. Mitre eufórico afirmaba "En venticuatro horas a los cuarteles, en quince días en campaña, en tres meses a la Asunción". La guerra duró hasta 1870 en medio de un clima cada vez más desfavorable para el gobierno argentino no sólo en las provincias y en Buenos Aires sino también en el resto de América.
López participó en vatias de las batallas incluso al mando de una compañía. En la derrota de la batalla de Curupaytí, en septiembre de 1866, un casco de granada le hirió la mano derecha. Evacuado con otros heridos hasta la ciudad de Corrientes, para evitar la gangrena, tuvieron que amputarle el antebrazo.
El artista-soldado había realizado durante la guerra docenas de apuntes a lápiz en sus libretas con croquis de uniformes, paisajes, batallas, campamentos y anotaciones con descripciones detalladas de los acontecimientos a la manera de partes militares. Tiempo después utilizó este material para desarrollar su serie de cuadros sobre la Guerra del Paraguay, pintados con la mano izquierda. Durante varios años Cándido vivió, con su mujer y sus hijos, en un campo cerca de San Antonio de Areco, dedicado a ilustrar los inicios de la guerra que él mismo había presenciado.
Episodio de la 2da División Buenos Aires en la batalla de Tuyutí, Mayo 24 de 1866,
República del Paraguay (1876-1885)
Para desplegar las escenas de las batallas, los movimientos y desembarcos de las tropas y la vida en los campamentos, el pintor eligió sobre todo un formato muy poco usual de telas muy hotizontales, en una proporción de uno a tres, que le permitía narrar con todo detalle acciones múltiples y simultáneas y describir los escenarios naturales en que transcurrían los episodios. Al mismo tiempo, optó por puntos de vista altos que extienden aún más la profundidad de las perspectivas, pudiendo desarrollar las acciones bélicas en superficies de terreno que se prolongan extensas hasta las líneas de horizonte ubicadas en la parte superior de los cuadros.
López trabaja todas las imágenes con el detalle de la miniatura aplicado a obras, sin embargo, de gran tamaño. Crea estructuras pictóricas simples y firmes entre los planos de tierra y de cielo y las construcciones de los campamentos y las presencias de ríos, esteros, árboles y montes. Se trata de cuadros armados sobre el valor de la narración total y de los fragmentos, y sobre su veracidad documental.
El proyecto original del artista, según noticias de su familia, era realizar un ciclo de noventa óleos, de los que llega a pintar poco más de cincuenta. Veinte y nueve de ellos fueron expuestos en los salones del Club de Gimnasia y Esgrima en marzo de 1885, y adquiridos, en 1887, por el Poder Ejecutivo Nacional.
Para Cándido el mérito fundamental de su obra estaba en la fidelidad con que representaba los episodios de la guerra. El propio Mitre a pedido del pintor escribió una carta donde afirma "Sus cuadros son verdaderos documentos históricos por su fidelidad gráfica y contribuirán a conservar el glorioso recuerdo de los hechos que representan."
Durante la década siguiente Cándido siguió trabajando alternativamente entre Buenos Aires y Merlo, completando su serie de la guerra y realizando además un conjunto de naturalezas muertas, algunas firmadas como Zepol invirtiendo su apellido, y algunos otros cuadros que conservó la familia hasta su posterior dispersión.
En el caso de las naturalezas muertas el artista utilizó con frecuencia un formato vertical acentuado por la presencia de pejerreyes, patos silvestres o perdices colgados en el eje central de la composición. En los óleos apaisados las frutas se multiplican y llenan casi totalmente la superficie del cuadro. Algunos fondos son neutros en colores muy oscuros, otros muestran paisajes nocturnos o ventanas que dan a exteriores llenos de luz. Estas naturalezas muertas reproducen tipologías características de este género pictórico tan desarrollado en Europa desde el siglo XVII. Nuevamente el interés del pintor está enfocado en la descripción minuciosa de los elementos representados sobre la tela. Ahora se trata de las variedades de texturas y colores y de las características físicas de frutas y animales.
Cándido López actuó durante uno de los momentos más importantes de la historia del arte argentino. No sólo fue contemporáneo de pintores como Eduardo Sívori, Angel Della Valle y Ernesto de la Cárcova, sino que vivió durante los, años en que se organizó la escena artística nacional con el surgimiento de la crítica especializada, la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, el Museo Nacional de Bellas Artes, las galerías de arte; las exposiciones, el coleccionismo y la organización de la enseñanza, la crítica y las becas de estudio al exterior. Sin embargo, el "manco de Curupaytí" permaneció ajeno a esta explosión del medio artístico trabajando aislado en su ciclo central de la Guerra del Paraguay. Su reconocimiento como uno de los principales pintores del siglo XIX llegó muchos años después.
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